Los operarios deben ir protegidos por EPIs como guantes de seguridad, casco, vestuario y protecciones tanto para ojos como para oídos.
Publicado: 06.DIC.2024
Los EPIs son clave para que el personal que trabaja en una obra pueda hacerlo de manera segura y sin peligro de lesiones.
En el sector de la construcción, hay un equipamiento básico contemplado por la normativa de riesgos laborales, que incluye:
Los guantes de construcción protegen las manos de lesiones, que puedan producirse por golpes, lesiones por objetos afilados, uso de herramientas o la acción de agentes químicos.
Los materiales de elaboración destacan por su consistencia y resistencia, y pueden ser de cuero o látex dependiendo del entorno específico de trabajo. Además, ciertas modalidades tienen un diseño orientado a proporcionar más agarre, y otros permiten un mayor movimiento de las manos.
Asimismo, nos podemos encontrar con guantes específicos para andamios e, incluso, que ayudan a la señalización.
Las prendas para el profesional del sector de la construcción varían mucho en función de las labores que debe desempeñar cada profesional. En concreto, los EPIs y el resto de vestuario laboral se enmarcan en la categoría III, asociada a elementos obligatorios en caso de riesgo extremo.
Algunas de las soluciones más frecuentes que podemos encontrar dentro de las opciones del vestuario laboral, destaca la ropa de trabajo de alta visibilidad si la actividad debe desarrollarse en una zona cercana al tráfico de vehículos y, por otro lado, los buzos desechables que protegen frente a partículas, líquidos y agentes contaminantes, garantizando la seguridad y la comodidad.
También es fundamental para la seguridad en la obra, el proteger la cabeza del operario de lesiones en caso de que se caiga, o reciba el impacto de materiales o herramientas en caída.
Los cascos de obra están fabricados en materiales como el ABS o policarbonatados, que aportan resistencia y durabilidad. Aunque siempre hay que verificar su ajuste correcto para que resulten totalmente efectivos.
El calzado de seguridad protege los pies ante impactos de objetos pesados y punzantes, y también tiene propiedades antideslizantes para evitar resbalones en las superficies de las obras, que suelen ser bastante propensas para este tipo de accidentes.
De ahí, que el calzado de seguridad incorpora elementos como punteras de acero para resguardar los dedos de los pies, o suelas especiales para evitar deslizamientos.
Con todo, en este caso también son importantes la comodidad, la ergonomía y el ajuste correcto, para evitar lesiones, rozaduras, la formación de ampollas, etc.
En las obras suelen haber unos niveles muy altos de ruidos, por lo que para evitar daños auditivos se precisará el uso de protección para los oídos.
Dependiendo del caso, pueden bastar unos tapones homologados si los ruidos no son demasiado agresivos. O bien, cabría emplear protectores auditivos que cubran las orejas de manera integral cuando se producen unos niveles muy altos por el uso de determinadas maquinarias pesadas o herramientas.
Los espacios de obra suelen generar mucho polvo y partículas en suspensión, a lo que se añadirían los riesgos para los ojos derivados de la realización de determinados trabajos.
Por ello, es importante usar gafas especiales homologadas para obra, protectores faciales e, incluso, escudos faciales para todo lo que tenga que ver con manejo de herramientas o equipos que hagan saltar chispas.
Estos serían los EPIs básicos para poder estar a pie de obra con todas las garantías de seguridad. Precisamente, en aras de la misma, resultará siempre primordial elegir equipamiento de calidad y que cuente con la preceptiva homologación, para garantizarnos su eficacia y cumplir con las normativas vigentes en materia de prevención de riesgos laborales.
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