Publicado: 02.DIC.2025
En cualquier empresa, un almacén no debe ser solo un sitio donde guardar cosas en estanterías. Es mucho más que eso. Si está bien organizado, reduce costos, acelera las entregas y, lo más importante, garantiza la seguridad de quienes trabajan allí.
Uno de los primeros aspectos que se debe considerar en cualquier almacén es su equipamiento básico. Elementos como carretillas elevadoras, estanterías metálicas, sistemas de etiquetado o las herramientas de gestión digital, son parte esencial del funcionamiento diario de un almacén. La correcta gestión de las mercancías, desde que son recibidas en el muelle de descarga con la ayuda de equipos como la plataforma hidráulica para camión hasta su ubicación final, depende de una buena planificación.
Es importante tener claro que la seguridad en un almacén no es un gasto, sino una inversión que resulta crucial. Cuando ocurren accidentes en los almacenes, no sólo causan lesiones, sino que también generan paradas operativas que cuestan mucho dinero para cualquier empresa. Para evitarlo, la prevención debe ser la máxima prioridad.
Esto supone una implicación directa de la dirección de la empresa que incluya un plan de formación para empleados que los instruya en la correcta manipulación de la mercancía y en el uso de Equipos de Protección Individual (EPI), como cascos, guantes y calzado de seguridad. Todos deben conocer y respetar los protocolos de seguridad.
El mantenimiento preventivo de la maquinaria (como carretillas elevadoras y transpaletas) resulta fundamental para minimizar los posibles riesgos de accidentes. Otro aspecto de vital importancia es llevar a cabo la Inspección Técnica de Estanterías (ITE). Estos sistemas de almacenaje deben ser revisados anualmente por técnicos cualificados para asegurar que no se hayan producido deformaciones, sobrecargas o daños estructurales que puedan provocar un colapso. Para evitar problemas graves, se deberá siempre respetar la capacidad máxima de peso almacenado y dimensiones que indica el fabricante en las placas de características de cada estantería.
Un almacén bien señalizado es un almacén seguro y eficiente. Por el contrario, un almacén sin señales claras puede convertirse en un laberinto peligroso. Las señales deben indicar zonas de carga, rutas de circulación, salidas de emergencia, áreas restringidas y límites de velocidad para los vehículos que circulen por el almacén. El uso de colores, pictogramas y letras grandes facilitará la comprensión, incluso para quienes no están familiarizados con el entorno.
La señalización cumple una función vital: orientar, advertir y proteger. Digamos que actúa como el código de circulación de la instalación, guiando tanto a personas como a vehículos y minimizando el riesgo de colisiones.
● Pasillos y zonas de trabajo: el suelo debe tener líneas de pintura de colores vivos que delimiten claramente las vías de circulación, las áreas de almacenamiento y las zonas peatonales. Es crucial establecer vías exclusivas para peatones (separadas de las carretillas) para evitar atropellos.
● Velocidad y prioridad: se deben instalar señales que indiquen los límites de velocidad (generalmente muy bajos, no superando los 20 km/h) y las normas de prioridad, especialmente en cruces y zonas de visibilidad reducida.
● Salidas de emergencia y extintores: las rutas de evacuación y las salidas de emergencia deben estar claramente marcadas con señales fotoluminiscentes y, lo más importante, mantenerse siempre despejadas de cualquier tipo de obstáculo. De igual manera, la ubicación de extintores, botiquines y alarmas debe ser visible en todo momento.
● Cargas máximas: es muy importante también colocar carteles y rótulos que resulten fácilmente visibles en las estanterías donde se especifique la carga máxima permitida de almacenaje en cada nivel y por módulo de estanterías.
Las dimensiones de los pasillos en almacenes es otro aspecto que no puede dejarse al azar. El ancho de los pasillos libres es un factor determinante para la fluidez operativa y la seguridad, ya que impacta directamente en la capacidad de las carretillas para maniobrar.
El ancho mínimo de un pasillo debe calcularse basándose en el vehículo de carga más grande que se utilice, teniendo en cuenta su tamaño, el radio de giro y la longitud de la carga que transporta. Aunque las medidas pueden variar según el tipo de almacén, se recomienda un mínimo de 1,20 metros para pasillos peatonales y de entre 2,50 y 3 metros para pasillos de circulación de carretillas.
Las rutas de circulación deben estar bien definidas y señalizadas. Resulta recomendable establecer recorridos unidireccionales para evitar cruces peligrosos de vehículos que circulen en sentido contrario. También se deben instalar espejos en esquinas y en zonas de baja visibilidad, así como sistemas de alerta para detectar la presencia de personas o vehículos en movimiento.
El orden y la limpieza son la columna vertebral de un almacén eficiente y seguro. Un almacén desordenado no solo afecta a la imagen de la empresa, sino que aumenta el riesgo de producirse tropiezos, caídas, además de dificultar la localización de los productos.
1. Ubicación y almacenamiento de la mercancía:
○ Criterio de rotación: se recomienda almacenar los productos de mayor rotación (los que se venden más a menudo) en las ubicaciones más accesibles, cerca de las zonas de picking o de expedición. Esto reduce los recorridos de las carretillas y el personal.
○ Peso y volumen: otra recomendación es colocar los artículos más pesados o voluminosos en los niveles inferiores de las estanterías para facilitar su manipulación y reducir el riesgo de caída.
○ Incompatibilidad: hay que tener presente la incompatibilidad entre materiales, de manera que no se deberán mezclar productos que sean incompatibles, especialmente materiales potencialmente peligrosos con otros artículos o con alimentos.
2. Mantenimiento diario:
○ Suelos limpios: la limpieza en un almacén es fundamental. Los derrames, el polvo o los residuos deben limpiarse inmediatamente para prevenir resbalones y garantizar la tracción de los vehículos de carga.
○ Despejar áreas: diariamente, o al finalizar cada turno, todas las áreas de trabajo, incluido los muelles de carga y descarga, deberán quedar despejadas y limpias.
3. Inspección y seguimiento:
○ Revisión de palets: resulta muy recomendable que antes de subir un palet a la estantería, se revise que esté en buen estado. Un palet roto puede causar inestabilidad en la carga.
○ Gestión de inventario: el uso de alguna herramienta de gestión digital para almacenes no solo ayuda a saber dónde está cada cosa, sino que también permite controlar el stock para evitar acumulaciones innecesarias, reduciendo así la saturación del espacio.
En resumen, organizar un almacén de manera óptima y segura requiere atención a múltiples factores que combine un diseño adecuado de las instalaciones (señalización, dimensiones de pasillos, rutas de circulación), la tecnología (herramientas de gestión digital, sistemas de automatización) y, lo más importante, una cultura de seguridad y orden que involucre a todos los miembros del equipo.
Aplicar estas buenas prácticas no solo reducirá los riesgos operativos, sino que también mejorará la productividad y transmitirá una imagen profesional de la empresa.
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